Diego
bailaba increíblemente bien, tenía algo que
no había visto en ningún chico y hasta me costó seguirle el ritmo. Todas
las chicas le miraban y más de una la entraba para que bailase con ella así que
decidí quitarme de ahí y dejarle bailando con todas esas.
Decidí que
lo que tocaba ahora era buscar a mi hermano y regañarle por todo lo que había
echo con Cleo y Rebecca en el fin de semana. Fui a su grupo de amigos.
—¿Sabéis
dónde está Ulisse?
—No, nena,
pero si quieres vamos tú y yo a hacer lo que tengas pensado con él —Toma ficha.
—Quita
gilipollas. —Me aparté.
—Estrecha—Gritó
mientras me iba —Tampoco estabas tan buena— Le saqué el dedo y fui a buscar
suerte en otro sitio.
Encontré al
mejor amigo de mi hermano —¿Sabes dónde está? —Ya sabía a quién me refería.
—Nina, ya he
visto lo que te ha dicho el gilipollas de Alberto, no le hagas mucho caso.
—Descuida,
no le di importancia.
—Dame dos
besos, ¿no? — Se los di—
Hace mucho que no te veía.
—Ya sé…no
vas por casa ni nada
—Sobre lo de
tu hermano, busca en la playa, ya te imaginas lo que estará haciendo.
Puse cara de
asco. —De todas formas
gracias, a ver si nos vemos más. —Fui cordial y me despedí.
Ese sería el
castigo para mi hermano, cortarle el royo con la putita que se hubiese buscado
para esta noche. Me quité los tacones y bajé a la playa. Fui buscando a mi hermano
entre pareja y pareja. Y creedme preferiría no haber visto eso.
No daba
crédito. Mi hermano. Con mi mejor amiga.
—Carla—chillé.
Me miró. Se subió las bragas y apartó a mi hermano. Vino detrás de mí.
—Nina— Por
favor espera. No me lo podía creer ¿Esto era una mejor amiga? No hice caso a lo
que me dijo y aceleré el paso hacia la muchedumbre. No quería saber nada de
ella. Ni de mi hermano. Era increíble, que ella como mejor amiga se hubiese
follado a mi hermano. Y que mi hermano, como hermano, se hubiese follado a mi
mejor amiga. Esto era sobrenatural. Estaba enfadada, muy enfadada. Más que
nunca. Fui empujando a cada persona que se me ponía en medio hasta llegar a
Edgar.