Me obligaban
a ir a algo peor que una cárcel y luego me preguntaban que por qué no quería
ir, ¿de verdad? Incluso las cárceles estaban mejor, te dejaban dormir, hasta
comer. ¿Y en el instituto qué? No haces más que competir contra todas esas
putas con cuerpo de Barbie.
Llegué a mi
habitación y pateé la puerta del armario, cogí el i-phone, lo enchufé al
altavoz y puse el volumen tan sumamente alto para que ni si quiera pudiera
escuchar mis propios gritos. ¿Por qué todo me tiene que salir mal? Joder. Me
fui a la ducha, algo de agua caliente me calmaría, siempre lo hacía. Me desvestí
lo antes posible, tiré toda mi ropa al suelo y dejé que el agua caliente
fluyera por mi cuerpo. Así se veía todo mejor. Necesito escapar de aquí, lejos,
este no es mi lugar, nunca lo ha sido. Siempre me repetía lo mismo, pero sabía
que de una forma u otra, yo no tenía salida. Me enrollé en una toalla y fui
directa a mi habitación, no quería encontrarme a nadie por el camino.
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