Listaa

viernes, 21 de marzo de 2014

Página 15.

—Tienes unas piernas bonitas. — Sentí una revolución dentro de mí.
—Gracias. — Inevitablemente le miré a los ojos, él sabía que no aguantaba mucho tiempo la mirada de nadie, y mucho menos la de él. Amaba con toda mi alma esos ojos, está vez estaban rojos, había fumado marihuana como normalmente, tenía las pupilas dilatadas y se le notaba en el aliento, ese aliento que inevitablemente tanto echaba de menos.
—Lo que más me gusta de ti son tus ojos— prosiguió.
—Ya los tienes muy vistos. Los tuyos son hermosos. — Me avergoncé.
—Son normales, marrones. — Sonrió de oreja a oreja. Esa sonrisa no podía ser de este mundo, sería así como la octava maravilla del mundo, sería algo así como el séptimo pecado. Sacó un papelillo y empezó a liarse un porro.
—Para de fumar, te vas a morir.
—¿Qué más te da si ya no te importo una mierda?— ¿Qué no me importas una mierda? Pero si formas parte del 99% de mi cabeza. —pensé. —Además tú también fumas y bebes, tú también vas a morir.
—Da igual— le reté —aunque fume o no, me voy a morir de todas formas. A demás, yo ya estoy muerta. — ¿Cómo acababa de decir eso? Esta noche me regañaría a mi misma por mostrar un poco de lo que siento. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario