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sábado, 22 de marzo de 2014

Página 20.

Cerré la puerta y subí a mi habitación. Entré en twitter, por lo visto en twitter la gente si me comprendía. Twitté 8 o 10 tweets y me acordé de que tenía que llamar a Carla. Joder, la prometí hacerlo nada más llegar. Cogí el i-phone, cinco mensajes de Carla, ni los leí, la llamé directamente.
—¿Carla? Perdón se me pasó.
—Siempre se te pasa todo. —La noté enfada.
—No, dios. Tuve que hacer algunas cosas.
—Ya.
Atajé e intenté cambiar de tema para que se la pasase —Bueno… ¿qué querías saber?
—Todo lo que ha dicho Edgar. —Volvía a estar como siempre. Sonreí.
—Bueno, dijo que le gustaban mis piernas y mis ojos…
—Ajá…
—Y luego la cagué.
—Esperaba que dijeras eso, ¿Pero tan pronto?
—Ya lo sé, típico en mí.
—¿Qué hiciste está vez?
—Bueno… primero le llamé gilipollas, después le dije que no le quería y que no tenía ganas de verle, y mientras me hablaba me di la vuelta y casi me pongo a llorar y.
—Vale, eso es demasiado hasta para ti, ¿Pero cómo pudiste hacer eso?
—Ya me conoces.—solté una risa nerviosa
—Sí —me devolvió la risa. ¿Entonces vienes hoy?
—¿A dónde?
—Hemos quedado donde siempre, ya sabes. Habrá porros.
—Iré.
—Es decirte que hay porros ibas, eh. A las seis donde siempre.
Me reí efusivamente —Allí estaré.
—Te quiero.

—Y yo a ti. 

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