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martes, 25 de marzo de 2014

Página 37.

Llegué a casa comí un trozo de tiramisú y subí a mi habitación. Miré por la ventana, iba a llover de fijo me cambié la chaqueta vaquera por una de algodón que abrigaba más, metí en la mochila los patines para entrenar después, la camiseta y el pantalón reglamentario. Abrí la cremallera y metí el i-phone y el i-pod, me eche la mochila al hombro, baje las escaleras y fui directa a la habitación de mis hermanas.
—¿Se ha ido Ercole?
—Sí.
—Bueno, me tengo que ir, os dejo con Ulisse, podéis merendar chocolate, ¿Sí? Y haced los deberes. — Sonaba irónico, porque yo no los iba a hacer, pero no quería que mis hermanas terminasen como yo.
Las di un beso a cada una en la frente y fui a la habitación de Ulisse. Estaba con los cascos puestos, me agaché cogí su zapato y se lo intenté tirar a la cabeza. No tengo puntería. He vuelto a fallar. Se giró y se quitó los cascos.
—Imbécil, me voy— Fui a su cama me subí encima de sus piernas y le abracé.
—Ojalá te pille un coche por el camino— me devolvió el abrazo, y el ataque.
—Asqueroso. — Le toqué el pelo. —Jódete. Bueno, me voy. Le dejé la puerta abierta, sabía lo que le molestaba que lo hiciesen.

Decidí coger el camino de la playa, era mi camino favorito para ir al acantilado. El único inconveniente es que tendría que saltar una vaya con un cartelito de “Prohibido el paso.” Me quité las converse y empecé a andar no me importaba andar sola, es más me gustaba y sobretodo en la playa, sentir la arena, el agua fría en mis pies, la espuma que dejaba a su paso cada ola, me relajaba, era agradable, eso sí, me sacaba de quicio ver parejas agarradas de la mano paseando por la playa, que se guardaran su amor y sus cuentos de hadas, que yo estaba muy bien sola. 

2 comentarios:

  1. genial como de costumbre espero impaciente que subas más

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    1. Ya tienes mucho más por leer, espero que te guste :)

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