Listaa

martes, 25 de marzo de 2014

Página 39.

Bueno Nina, hemos subido aquí para aclararnos…primero repasaré  lo que ha pasado en menos de tres días, estuve en el acantilado, ayer le volví a hablar como una estúpida y hoy casi le beso. —Suspiré— ¿Conclusión? Ninguna, ni una. Esto no tiene lógica. —Me encendí un cigarrillo— Bien, ahora era inevitable, le volvía a necesitar, le volvía a querer, estas jodida, eh Nina. —Me repetí aunque estuviese hablando conmigo misma— Tenía dos opciones: Una; hacerme la fría como hasta ahora. Dos; volver a arriesgarme a que me hiciera daño. La última vez que me fui me dolió irme, pero más me había dolido quedarme todo ese tiempo. Cuando lo dejamos le prometí no volverle a hablar, y eso por ahora, ya lo había incumplido. Me anulaba, por más empeño que pusiese en olvidarle más le recordaba ¿Me estoy volviendo loca? — Di otra calada— ¿Cómo olvidar algo que es literalmente una parte de ti? Intentar olvidarle es como intentar olvidar que tengo dedos. No puedo, los veo y los uso todo el día, aparte de estúpido, es imposible. Y eso me dolía en el alma, yo siempre he pensado que el alma está entre el pecho y la garganta porque es ahí donde sientes realmente que no puedes respirar. Algún día me va a dar un infarto—concluí.
Volver a sentir su aliento en mi nuca, sus labios en mi piel, sus manos en mi abdomen, su mirada en mi mirada y su olor en lo más profundo de mi, eso no me ayudaba nada a superarlo. Esto de enamorarse es para valientes, es cómo si suplicaras de rodillas que te pusieran en medio de un tiroteo. No queremos enamorarnos, pero a veces es algo inevitable. —El pelo me fue a la cara gracias al viento, lo aparté de mi cara y lo coloqué detrás de la oreja, miré la hora se me había pasado rápido ya eran las 7:30 me permití quedarme un poco más— ¿Cómo será eso de no tener nauseas al verle? —Me incorporé— ¿Cómo será eso de llorar y que tu madre venga a consolarte? No, ella nunca estuvo ahí para mí. Necesito límites mentales, no me puedo destruir a mi misma cuando me venga en gana, me tengo miedo— Me levanté y cogí una piedra. Alcé el brazo y la tiré al acantilado— me gustaba ver como caía—Grité, necesitaba una forma de desahogarme—. Y aquí estoy yo, en medio del mundo, sin ningún sentido de existencia, dime Nina ¿Qué has conseguido a lo largo de toda tú vida? ¿Decepcionar tanto a tu madre como para que te abandonara? No has conseguido una jodida mierda.
No me estaba poniendo triste ni mucho menos, me estaba enfadando y conmigo misma. Eso era lo jodido, que hasta estando sola estaba mal acompañada. —Cogí más piedras y las tiré lo más lejos que pude— Tienes que tranquilizarte, ponerte así no te va a llevar a ninguna parte. — Saqué los cascos y me puse la canción Shelter de Birdy— eso me relajaría un poco, era una de mis canciones favoritas.

Me volví a echar la mochila al hombro y me dispuse a hacer el camino sin llorar hasta la parada del autobús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario