Entonces me dijo algo en lo que no
había pensado— ¿Y qué coño vas a hacer con Diego? Por cierto, enhorabuena a
todas se la caen las bragas con él.
—A ti no—la sonreí.
—Obvio. —me dijo cómo si fuese una idiota.
Llamé a Diego y dejé que se pusiera
en el centro, entre Abigail y yo. —¿Qué vas a hacer ahora? Nosotras nos vamos a
cambiar y tal ¿Te vas tú a tú casa a cambiarte y luego ya si eso vienes?
—No sé, supongo.
Mientras bajábamos hicieron los
grupos de quién iba a la casa de quién, Eva, Sara y Paula iban a prepararse
juntas, Abigail y Laura iban juntas a la casa de Laura y de las
demás ni me enteré. Yo sabía que me iba a preparar con Angie en casa de Carla y
eso era lo único importante.
La verdad es que nunca me habían
interesado todos estos temas sobre maquillaje y vestidos y esas cosas pero
reconocía que tampoco quedaba mal arreglarse una noche que otra. Yo no entendía
así que me dejé en manos de mi mejor amiga.
*
Quedamos todas a las doce en la
puerta de la tienda de Tom.
La verdad es que todas ellas estaban
preciosas y yo, yo hacía lo que podía. Nunca nos gustaba llegar pronto a las
fiestas porque a esa hora no había nadie. Además si quedábamos a las doce hasta
las doce y veinte por lo menos no se presentaban todas.
Fueron llegando por grupitos, cada
una se soltaba un piropo a otra se hizo como una costumbre.
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