Hoy por mí y mañana por ti.
Me despertó en mitad de la madrugada.
Levanté la cabeza de la almohada y miré a la venta, llovía a cantaros y el
ruido de la lluvia al caer sobre el techo me resultaba relajante.
—¿Qué pasa?
—Nina, estás tiritando, he probado a
ponerte más mantas pero nada—me toqué la frente, tenía ese sudor frío. —pensé que sería mejor despertarte y
que te vistieras, la ropa ya está seca.
Asentí y me levanté, la ropa estaba
en el mueble, me vestí y me volví a meter en la cama, él ya estaba vestido y me
abrazo al entrar.
*
Me desperté y note la luz que entraba
por la ventana en mi cara. Me giré y me topé con su espalda. Esto sí que son
buenos días. Me levanté de la cama y salí a fumar, eran las 12 de la mañana.
Todo estaba bien, excepto porque tendría que estar en el instituto. Había
pasado uno de los mejores días de mi vida y me daba pena tener que volver a
bajar a lo mismo, prefería estar aquí.
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