Listaa

sábado, 12 de abril de 2014

Página 124.

—¿Por qué?
La enseñé el paquete de tabaco y lo leyó —Ni idea.
—Qué raro.
—Da igual, yo ahora no vengo a cuento, ¿Ahora te sientes mejor?
—Un poco.
—¿Estás mareada?
—También un poco.
—¿Quieres sentarte?
—No, no.
Decidimos olvidar ese tema por un rato y compórtanos como habíamos echo siempre. No hubiese dejado a Carla nunca, bajo ninguna circunstancia. Ella había estado para mí en las malas y yo estaría con ella en las buenas, las malas, las mejores y las peores.

                                                  *

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