Listaa

sábado, 12 de abril de 2014

Página 125.

Lo largo de la semana fue simple, aburrida. Pocas veces ocurría algo interesante en el pueblo y cuando pasaba algo corría como la pólvora. Lo peor de todo es que yo sí que esperaba que pasase algo, sentía que ese no era mi lugar. Ver a Edgar día a día me animaba no sabéis cuanto, pero teniendo a mi mejor amiga así tampoco podía estar contenta.
Esperaba a que llegase el jueves. Involuntariamente tenía ganas de ver a Diego,
El jueves subí antes de lo que me dijo, quería pasar algo de tiempo sola y estar en el acantilado, me ayudaría a pensar.
Empecé el camino con la música bien alta en mis auriculares. Hoy era el día de echarle en cara a Diego todo lo que había pasado. Me fui por el centro del pueblo porque así mataría algo más de tiempo.

En el camino pensé en el viaje de Poveglia, en que me pondría y que al final sí que haría buen tiempo. Me hubiese gustado quedarme en Venecia, en el centro, era una ciudad demasiado hermosa cómo para desperdiciarla de esa forma, pero había echo un tipo de apuesta y yo nunca me echaba atrás. 

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