—No,
quiero volver al primer día—bajó la cabeza y siguió a mi dedo con la mirada— Quiero volver a mi
forma de pensar, de tener esperanzas, de saber que tal vez una chica se
sintiese como yo. Quiero volver a conocerte. Echo de menos lo poco que hemos
hecho de pasado—dijo con énfasis en la palabra—Aquí. En este momento—continuó. —Sé que eres lo más parecido a la felicidad.
Le
solté el brazo y me apoyé en él —No, definitivamente no soy la felicidad—jugó
entre sus dedos con pequeños mechones de mi pelo—Yo creo que soy un infierno
con patas—reí secamente— Todo lo que toco se acaba quemando, jodiendo. ¿Alguna
vez has oído hablar del karma?
—Sí.
—Pues
se descojona de mí. —saqué un
cigarrillo mientras me reía— Creo que si estás conmigo yo seré tu Karma y me
acabarás odiando. —di una
calada cargada— Porque puede que tú para mí seas el cielo, pero que yo para ti
sea el infierno.
—No
tengo miedo a quemarme—me miró fijamente. Sus ojos seguían con un color rojizo
debido a que lloró.
—Esta
vez deberías tenerlo. —di otra
calada.
—¿Me
estás diciendo que te tenga miedo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario