Listaa

sábado, 12 de abril de 2014

Página 133.

—Verás, yo soy muy observadora. Algunos dicen que está bien, pero yo no lo veo así. A cada cosa que veo le intento dar un sentido, lo pienso, y eso a veces me hace estar entretenida, pero otras me da hasta dolor de cabeza. Creo que todavía no he comprendido que hay cosas que pasan porque sí, no puedo evitar que se haga de noche, o no puedo evitar enamorarme, eso viene como una bofetada, zas, no puedes esquivarlo. Pero yo aun así sigo buscando un por qué. Soy imbécil. Tú lo entiendes porque también eres observador. Por ejemplo; cada vez que quieres ocultar algo te muerdes el labio inferior, y cuando te enfadas se te dilatan extremadamente las pupilas.
—Por lo que veo no soy el único.
—Pero creo que tú eres algo más observador. Ni yo me hubiese dado cuenta de que la hierba de mi zapato era de aquí.
—¿Tú crees que es un don?
—No, solo una característica.
—¿Alguna vez has escuchado cómo te rompías por dentro? —me pareció raro el giro que había dado la conversación en menos de un segundo.
—Sí. ¿Alguna vez te ha dolido el alma? Sabes que no es un dolor físico, pero también sabes que te duele ahí.
—Es un dolor intenso. —asintió.
—¿Alguna vez has sentido la rabia recorriendo tu espina dorsal? —dije seria.

—Cada día de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario