Cuando me levanté Carla ya estaba
despierta desmaquillándose en frente del espejo.
Saqué un cigarrillo y la pregunté —¿Qué
hora es?
Miró su móvil. —Las seis. Hemos
quedado para bajar con estas. Edgar me mandó un mensaje preguntando por ti, le
dije que viniese hoy con nosotras así que le vas a ver hoy.
Asentí y me levanté de la cama fui
hacia el espejo di una calada y la quité el algodón de la mano, le pasé el
cigarro y se lo colocó en los labios. Empecé a desmaquillarla cuidadosamente.
—Gracias por cuidarme ayer, Carla.
—Para eso estoy.
Seguí lavándola la cara—Siempre serás
mi mejor amiga—admití.
—Y tú la mía—me sonrió.
Tiré el algodón.
—Deberíamos ducharnos—propuso Carla.
—Sí. — ella y yo ya nos habíamos visto mil veces desnudas,
en los probadores y muchas cosas más así que ducharnos juntas no resulto nada
nuevo ni incómodo.
Me presto algo de ropa suya y las dos
nos planchamos el pelo, nos maquillamos y fuimos a donde siempre. La verdad es
que ver a Edgar me venía bien.
Subir hasta la otra punta del pueblo
con mi mejor amiga se me hacía cómodo, podíamos disfrutar del silencio.
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