Listaa

lunes, 7 de abril de 2014

Página 94.

—Hace frío— se quitó la toalla y se puso la parte de abajo, cerré los ojos aposta. Se rio y se metió conmigo en la cama.
—Bien, durmamos.
Le acaricié el pelo y la espalda, respiro fuerte y se relajó.
—¿Edgar?
—¿Ummm?
—¿Alguna vez has pensado en cómo te vas a morir?
—Casi todo el tiempo lo hago, ¿tú cómo quieres morir?
—Supongo que elegiría una muerta rápida, indolora, pero estoy eligiendo una muerte lenta.
—¿A qué te refieres?
—Me encantaría eso, un segundo estar viva y al otro estar muerta y ya, pero cada minuto que paso contigo es como si me muriese, y la otra parte, por cada cigarro que fumo me estoy muriendo, eso es una muerte lenta. Pero me da igual morir, yo ya pienso que estoy muerta.
—¿Qué dices?

—Hay dos formas de morir, ¿No? — dije mientras le besaba la espalda. —una es la física, que por ejemplo me gustaría morir de frío o ahogándome, o de un tiro en la cabeza y la otra forma es la psicológica. 

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