incómodos,
pero luego al pasar un rato, se fijarían en pequeños detalles que al fin y al
cabo, no están tan mal. Me estaba comparando con una isla en la que habían
muerto miles de personas, me aplaudí a mí misma por ser tan estúpida.
El
día no fue tan duro como esperaba, los horas pasaron rápido, al final de la
tarde incluso, algunas se atrevieron a meter los pies es el agua. Carla seguía
hablando con uno de los chicos, estaba feliz por ella.
Abigail
y yo nos limitamos a intentar hacer una pequeña fogata.
—Cómo
nos vean aquí, sin licencia, y haciendo fuego se nos van a caer las bragas a
todas.
—No
te digo yo que no— me reí. Nos lo tomamos a broma y aun así al saber las
consecuencias que eso podría acarrear continuamos haciéndola.
Formaron
los grupos, y, por supuesto a mí me tocó dormir con Edgar. No era la primera
vez que lo hacía pero aun así estaba algo nerviosa. Intenté distraerme montando
la tienda de campaña, no entendía absolutamente nada de las instrucciones así que
intenté hacerlo a mi manera.
—¿Te
ayudo?
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