Le quité las
llaves de la mano con fuerza. ¿Qué se creía? ¿Qué yo no podía conducir una
moto? ¿Por qué? ¿Era el acaso mejor que yo? Aceleré. El volante me iba de un
lado a otro y la moto no hacía más que “S” sin querer giré la muñeca más y eso
hizo que acelerase la moto. Miré al frente. Intenté frenar. Al frenar patiné y
caí sobre un bordillo. Me di un golpe en la cabeza. Me quedé en el suelo. Todo
se veía borroso.
Edgar vino
corriendo a por mí y quito la moto de encima mía.
—
Nina,
Nina, ¿estás bien? Mírame.
—
Claro
que sí idiota. — Intenté
levantarme y me mareé, volví a caer al suelo.
Carla vino y puso mi cabeza sobre sus
piernas—Trae agua— ordenó a Hugo. —Rápido, joder. — le gritó.
—Creo que ya
estoy preparada para volver a intentarlo. —Intenté incorporarme. Y me volvió a tumbar.
—Por el amor
de dios Nina , ¿Quieres matarte?
Me reí— Sí.
—No me hace
ni puta gracia. —Estaba
preocupada. Edgar me cogió y me llevo hasta la sombra mientras Carla me ponía
una camiseta mojada en la frente.
—Eres tan
cabezota— Se resignaba a decir Edgar.
Pasaron al
menos 20 minutos hasta que me dejaron levantarme de nuevo. Me sentía patética.
—Por esta
vez conducirás tú— dije a Edgar.
Me sonrió—
No soportaría que te hubiese pasado algo. —
Me eché agua
en la cara —Bueno, ¿nos vamos ya o vamos a pasar el día en un aparcamiento?
—Mira que
eres borde— Me sonrió Carla.
—Hugo…—se
giró— Mmm… gracias— dije tímida.
—No hay de
qué— sonrió.
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