Esta chica me había caído bien, y dado que estaba sola
prefería que no se fuese—Espera…—Me dispuse a llamarla mientras se iba. Vi que
unos chicos estaban jugando al béisbol. Se giró. —¿Te apetece un partido de béisbol? — ¿Un partido? ¿Un partido de
béisbol? ¿En serio Nina? ¿No había otra cosa? Eres estúpida. La verdad es que
yo nunca era la que invitaba a nadie a hacer planes así que no tenía mucha experiencia
en estas cosas.
Me miró raro —¿Béisbol? —Repitió riendo.
—Sí— Solté todo el aire que tenía en el pecho, estaba pasando
vergüenza ajena.
—Está bien—Sonrió. Pedí prestado a los chicos el bate y la
pelota —¿Sabes jugar al béisbol? —Me preguntó.
—No. —Reí—¿Tú?
—Tampoco.
—Bueno,
podemos, crear nuestro propio juego, ¿ajá? Pondré mi chaqueta encima de esa
piedra—señalé— Quién la de tres veces gana.
—¿Estas de
coña no? —Se rio.
—Y si gano
yo, me quedo con tu dibujo—Regla establecida.
—¿Y si gano
yo?
—No vas a
ganar tú—Sonreí.
—¿Y si en un
hipotético caso gano yo?
Ruedo los
ojos. —¿Qué quieres?
—Esa
gargantilla. — Señaló mi
cuello.
—Trato echo.
— Hicimos un apretón de manos en señal de acuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario