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sábado, 17 de enero de 2015

Página 202.

—¿Qué tal el agua? ¿Calentita? —Rio. Me castañeaban los dientes. —Iré a buscar más leña—se marchó riendo.
Cogí un par de palos y puse a secar la toalla, que estaba bastante mojada.
Cristina estaba sentada como un indio y me senté en sus piernas—Dame calor—casi supliqué. Me prestó una de sus chaquetas y me la abroché hasta la barbulla, apoyé mi cabeza en su hombro y la di un beso en la frente—Gracias, por todo lo que has soportado hoy por mi culpa.
—Ha sido el día más entretenido de mi vida—Se rio y la sonreí.
Billy volvió con los brazo llenos de leña y nos explicó donde se podría coger más, después de eso se fue a dormir la mona.
—Menudo pedo lleva—comenté a Cristina. Ahora por lo menos sentía los pies. Sinceramente, si no llega a ser por este hombre no sé ni cómo hubiésemos acabado las dos. —Tengo hombre—me quejé cuando me sonaron las tripas.
Cristina me apartó con cuidado y se fue a buscar algo a su mochila. Pero bueno, ¿esta chica qué coño tiene en la mochila?. Sacó varias cosas; una manzana, un bocadillo y varias bolsas de guarrerías.
     Yo no tenía comida ya que se la había comido Billy. Me ofreció una bolsa y comí en silencio.

La manta en la que estábamos sentadas estaba llena de ramitas, de piedras y de todo. Me levanté y la limpié. Desperté a Billy.

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