Listaa

domingo, 18 de enero de 2015

Página 204.


Cuando me desperté, Cristina ya estaba levantada mirándome. Me incorporé rápido —¿Qué haces? —Dije echándome hacía atrás.
—Nada, esperando a que te despiertes.
—¿Y Billy?
   Creo que ha ido a revisar las casas. Antes le he visto mear en una especie de cubo —puso cara de asco.

Me reí y me volví a tumbar—Estoy cansada. —Confesé—Billy ha dejado algo para ti, dijo que te curaría los arañazos—Me mostró un bote en el que había una especie de líquido vede. Puse cara de asco y lo olí. —Sólo son plantas—Me aclaró. Se untó un par de dos y me destapo las piernas. El líquido estaba frío y escocía al entrar en contacto con la piel, de las piernas pasó a los brazos, y de los brazos a la espalda, de la espalda a algunos arañazos que tenía en la cara.
—Gracias—mostré una sonrisa vertical.
—¿Puedes dejar de decirme gracias a todas horas? —se rio.
La sonreí—Estoy es muy…—busqué la palabra—Rural—decidí.
—Deberíamos irnos, mi madre estará enfadadísima.
—¿Nos podemos quedar un ratito más? —Puse morritos. Me había gustado la experiencia.

Se encogió de hombros—Total, ya he faltado un día, qué más dan dos—me sonrió.
—Ven, túmbate, disfruta, descansa—di un par de palmadas al lado mía en señal de que se tumbase.


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