Listaa

domingo, 1 de febrero de 2015

Página 215.

Me vendría bien otra escapadita, no sé cómo había llegado a perdonarlo, pero en fin, estábamos bien.
Cuando Edgar se fue a su casa yo decidí llamar a Cristina.
—¿Quién?
—Inútil—reí.
—Nina—rio conmigo.
—¿Dónde andas? ¿Qué tal las notas?
—En casa—volvió a reír. —Las notas bien, y mi madre me mató por irme dos días y no dar señales de vida.
—Ya imagino —suspiré—Te tengo que contar algunas cosas, ya sabes Edgar.
—¿Por qué no te pasas por mi casa un rato?
—Venga sí, vale.
De camino fui hablando por teléfono con ella para que me indicase por dónde ir. Tenía una casa grande y la vi asomada desde la ventana. Me tomé unos segundo para llamar. Cristina contestó muy rápido.
—Hola—me abrazó al abrir la puerta—Pasa—Se echó a un lado y me ofreció entrar. Lo hice despacio.

—Ven—la seguí—Mamá, esta es Nina, con la que estuve el otro día—la saludé tímidamente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario