Listaa

domingo, 1 de febrero de 2015

Página 224.

Si tenía que conocer a mis suegros al menos debía estar decente y dado que a mí se me da fatal pintarme  tardaría el doble en hacer dos rayas que tuviesen un parecido lejano. Me encogí de hombros —Es lo que hay—abrevié ante él.
Llegaron las seis y media y yo aún seguía secándome el pelo.
—¿Te falta mucho? —dijo Edgar sentado en mi cama.
—No—mentí—plánchame el pelo que no llego a la parte de atrás.
—¿Qué? —dijo apoyándose en el marco
—Ven—le cogí del brazo—Así—me planché un mechón para que lo viese.
—Ummm…bien—Lo hizo mientras yo me echaba un poco de rímel. Tampoco quería ir muy maquillada a ver a su familia. Se le daba mejor de lo que creía.
No tenía ganas de ir hasta el centro sólo para coger un bus asique montamos en tres y llegamos rápido.
Nos sentamos en la valla de central a esperar el autobús. Fue un aburrimiento, venía con bastante retraso.

Cuando llegó Edgar cargó las cosas debajo y yo le esperé en la puerta de la entrada del autobús. Subí las escaleras y el me dio una cachetada en el culo, le empujé y casi cae rodando escaleras abajo. Al entrar nos pusimos lo más atrás posible y discutimos sobre quién se pondría al lado de la ventana. Edgar me tiró con cuidado y yo volví a intentar apoderarme con su sitio. Al final me dejó sentarme y miré con orgullo por la ventana. 

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