—Estás peleona hoy, eh. — dijo empujando la moto hacía fuera. Me llevo a una parcela, sabiendo el peligro que tenía yo con una moto. Que temblase la pobre persona que se cruce conmigo.
Me puse el casco antes de sentarme encima de la moto y abrí la tapa de los ojos para ver mejor—Me haces estar ridícula— no oía bien mi propia voz. Me dio un manotazo encima del casco que no me dolió pero sí que hizo que un sonido retumbase dentro de mi cabeza —Para— chillé como una niña pequeña e intenté darle manotazos que esquivó con facilidad.
Me coloqué el pelo y me senté bien el sillón —¿Sabes acelerar?
—Pues claro inútil. — giré el lado equivocado del manillar a lo que se rio. Si no era uno era otro, giré el de mi otra mano y a atropellé un pie a Edgar que frenó con rapidez.
—¿Estás loca?
—Te la debía por el manotazo de antes— me quité las culpas. Rodó los ojos y me volvió a dar la misma clase del día del parking pero más despacio.
—¿Te ha quedado claro?
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