Asentí—Aparta— salí del punto donde me había tirado un buen
rato. Miré hacia atrás, donde estaba Edgar que le vi haciendo señas y gritando
que mirase para adelante. Me giré y me bajé la parte del casco que me había
subido anteriormente. La voz de Edgar apenas era un susurro con el sonido
ensordecedor de la moto. Parecía que iba a más velocidad desde dentro, miré al
suelo y vi como dejaba atrás la hierba cada vez más rápido. Mis manos temblaban
ante el volante. Suspiré y me mantuve rígida. Esto cada vez iba a más
velocidad. Agotaba rápido el espacio de la parcela y veía como un muro se
estaba acercando—Gira—escuché gritar a Edgar mientras se acercaba corriendo
hacia donde yo estaba.
—No sé girar. —grité, ¿cómo no iba a saber girar? Mi cabeza repetía una y
otra vez que inclinase el brazo hacía un lado para girar, pero mi cuerpo no lo
hacía, estaba entrando en pánico.
Vi a Edgar correr más rápido por el retrovisor, el pecho se
le movía de arriba abajo mientras se quitaba y tiraba la chaqueta que
anteriormente tenía abrochada a su paso—Santo dios Nina frena— dijo
ahogadamente en un grito.
Giré bruscamente por un acto reflejo y mientras lo hice sin
querer frené. Salí por los aires por encima del volante y aterricé con un golpe
que me dejó sin aire en el suelo, miré hacia la moto que se acercaba dando
tumbos hacia mí. Entre en shock. Había caído con el estómago y sentía una
fuerte quemazón en mi abdomen. Quedaban milésimas para que la moto me arroyase
y yo cerré los ojos esperando su llegada.
*
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