Listaa

lunes, 22 de junio de 2015

Página 265.

—¿Por qué no llevas el cabestrillo? —me miró el hombro.
—Es que feo.
—Pero es lo que necesitas.
—Pero sigue siendo feo— seguí en mis trece. Puso los ojos en blanco y se fue de la sala, quedé sola en silla. Me trajeron un gran plato de costillas. Intenté usar los cubiertos que anteriormente Edgar había utilizado pero era imposible. Me rendí. Mis modales a la mierda. Cogí una costilla con la mano. Tenía una salsa entre dulce y picante. Oía a la gente reírse a mí alrededor cuando Edgar bajó con el cabestrillo y me lo puso —Existen los cubiertos — me dijo riendo.
Tenía parte de las mejillas manchadas de la salsa marrón y pringosa —No puedo— tiré la costilla con asco al plato. Tenía las manos también manchadas. Me pasó la servilleta por la mejilla y yo me aparté con cara de asco.
—Ahora estás más rica—comentó con una sonrisa.

Hoy los padres de Edgar tenían la idea de llevarnos a no sé cuál sitio que aseguraron que era bonito.

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