Listaa

lunes, 22 de junio de 2015

Página 276.

Al llegar me esperaba menos, la verdad es que el comercial era bastante grande. Busqué algo barato, bonito y cómodo. Edgar supo esperarme pacientemente, al final me quedé con una falsa rosa palo simple, unos tacones muy incómodos que era obligación ponérmelos y un top negro de parte de arriba.  Lo bueno es que los tirantes no me apretarían el hombro, lo malo es que gran parte de las heridas se verían. Pero bueno, era lo que había.
Nos quedaríamos al menos a comer aquí, así que tendríamos tiempo para mirar tientas etc. Edgar me regaló un bolso sin que yo lo eligiese, y aunque parezca raro dio en el clavo con él, era lo suficientemente grande como para meter un paquete de tabaco y un móvil y lo suficientemente pequeño como para que no me anduviese molestando.
Me atiborré de patatas fritas porque con la medicina me entraba el doble de hambre, y además estaba empezando a dejar de moquear.
Antes de entrar al coche le pedí que no volviese a hacer muchas tonterías, a lo que me contesto que para eso ya estaba yo, y no de forma irónica. La convencí para que me dejase poner a Lana del Rey en el viaje de vuelta. Al llegar al pueblo, me llevó al mismo lugar dónde había tenido el accidente con la moto.
Muchos recuerdos pasaban por mi cabeza, la moto amenazando con pillarme, el susto, la caída, la falta de respiración que sentí cuando caí con el abdomen. 

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