Listaa

miércoles, 22 de julio de 2015

Página 283.

Reí ante su comentario. “La música ruidosa” sería el heavy que ponía de vez en cuando para desahogarse un poco—Bueno señor….—me cortó.
—No me llames Señor, me siento viejo—reí—Félix.
—Bueno, Félix—volví a reír y le miré— Con tu nieto puedo bailar rock n’ roll pegada como si fuese un lento. — no sé si me había entiendo.
—¿Le quieres mucho? —asentí— Me alegro de que esté contigo y no con todas las chicas maleducadas con las que ha estado.
—Bueno Señor…—me corregí a mí misma— Félix— susurré inmediatamente— puede que tenga modales pero soy una patosa.

—¿Y mi nieto no? Cuando Edgar era pequeño— me miró, era la primera vez que me miraba a los ojos y me quedé algo anonadada. Cogí aire y me dediqué a escuchar —Me llevaba a tu novio a un arroyo, a pisar charcos, tirar piedras, explorar. Tú me entiendes.  A lo que ahora llaman jugar, y, cada vez que íbamos se caía al agua— reí— NI un día salía seco cuando venía conmigo, creo que ya se tiraba hasta aposta. —Sonreí y le seguí mirando — ¿Eso nunca te lo ha contado? —negué—Pues era un patoso, todo se le caía, todo lo rompía, fue mi primer nieto, para mí fue como otro hijo —lo entendía — Así que siempre estaba conmigo, hasta en estos tiempos seguimos bastante juntos— se levantó y fue hasta un armario, me trajo una foto. Edgar estaba con un chubasquero y unas botas amarillas muy feas. Me reí de su pelo.

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