Listaa

martes, 22 de septiembre de 2015

Página 365.

—No, escúchame tú a mí— impuse autoridad en mi tono — Estoy nerviosa, no he dormido bien — le señalé con el dedo índice —Es mi segundo día de trabajo y no quiero que tú— puse énfasis en la última palabra — Me lo estropees — apoyé ambas manos en la barra — Así que haz el favor de terminarte esa copa para salirte por esa puerta y no volver. —me puse el paño en el hombro enfadada y me fui al almacén donde guardaban las bebidas y dónde me solía cambiar. Me senté y pateé el suelo sin ningún objetivo, sólo para desmoronarme un poco. Salí de la habitación algo más calmada y con una caja entre los brazos poniendo excusa a mi visita repentina mirando al suelo.
Me topé con un pecho que estaba notablemente trabajado.
— ¿Pasó algo con ese tipo?— cuestionó mi jefe y negué— ¿Sabes que puedes decirle al de la puerta que no le deje entrar si te molesta en el trabajo?
—Da igual — negué repetidas veces.
— ¿Seguro?, ¿quién era?
— Un chico... del pasado — contesté con desgana.
Asintió sin dar comentario alguno apretando los labios — Le diré que se quede con su cara de todas formas, no quiero que corras peligro — dio media vuelta y suspiré.
Volví a la barra y lo primero que vi fue a un Diego esperando, sonreí.

—Creía que me iba a tomar algo con poco gusto si tenía que pedírselo a otra camarera — sonrió y se inclinó hacia mí mientras nos fundimos en un largo abrazo. 

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