Listaa

jueves, 10 de septiembre de 2015

Página 338.

   ¿Y entonces para qué besas a Diego?
Tragué saliva —Porque soy gilipollas, una completa gilipollas.
—No… — su mano acarició mi cara y mi pelo  —Nunca nadie debería ponerte la mano encima Nina —abrí los ojos para volverlos a cerrar y relajarme ante la sencillez y la delicadeza con la que me separaba los mechones de pelo. Aproveché la situación .  —Puedes quedarte aquí si quieres… — sus yemas acariciaron mis párpados. No quise que pasase ese momento, era la primera vez en el día que mi corazón no bailoteaba agitadamente, tampoco quise romper el silencio.
—Sólo si me das un masaje en la espalda — dije adormilada riendo.

   ¿Me estás haciendo chantaje? — sabía cómo su ceja estaría inclinada hacia arriba, conocía sus gestos, me había pasado todo este tiempo observándole, me parecía interesante saber cómo movería las manos con cada reacción, sus manos frías entraron en contacto con la piel de mi espalda —Tonta— me quejé.

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