Listaa

martes, 22 de septiembre de 2015

Página 372.

—Perdóname por esto, sólo quiero que vean que he venido diez minutos y nos vamos —asentí débilmente.
Durante los diez minutos de espera me fijé en la cantidad de chicas que miraban a mi hermano. Ya sabía el historial y la fama de "Don Juán" que tenía mi hermano. Era totalmente atractivo y de eso me había dado cuenta hasta yo. Las chicas morían literalmente por él. A lo mejor había alguna ex suya por aquí suelta, tal vez pensaban que yo era la siguiente y por eso me miraban tan mal, haciendo caso omiso a que yo era su hermana y nunca podría añadirme a esa lista. Nunca le había visto con esos ojos, de tío buenorro o guapo, porque a un hermano no se le mira así ni aun que sea Leonardo di Caprio.
Me zarandeó un poco y me di cuenta de que ya no me dolía el hombro, era una buena señal. —Acompáñame — asentí.
Bajamos las escaleras de las gradas y bordeamos parte del campo hasta llegar a otras escaleras ya más sólidas de cemento. No había mucha luz allí abajo pero Ercole parecía seguro de lo que hacía. Abrió una puerta con un cartel que rogaba "Vestuarios" , entré después de él, lo primero que me impacto fue lo horriblemente mal que olía ahí, estábamos casi en la penumbra si no llega a ser gracias a dos ventanales que parecían estar  a la altura del suelo, eso confirmándome que estaba bajo tierra. Miré a las duchas que se separaban por paredes de azulejos claros y después a las taquillas rojas que bordeaban con simetría los pasillos, se sentó en uno de los banquillos de madera y me indicó que ocupase el sitio de al lado con una leve palmadita. —Aquí tendremos mayor privacidad — puso cada mano en sus respectivas piernas y me miró. — ¿Qué ha pasado?— dijo con voz paciente.

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