Parpadeé
varias veces confusa y me tallé los ojos, ¿Eso había sido un sueño?, ¿Qué hacía
en el hospital? Analicé la habitación, sí estaba en el hospital.
Oh, claro,
santa mierda, estaba ahí por haberme metido en el mar peligroso a por el
llavero...entonces...¿A qué venía Mike y si peluquería?...¿Todo había sido un
sueño? , ¿Qué mierda pasaba? ¡Puto infierno!
Pasé saliva
y di un pequeño vistazo de nuevo a la habitación. El hospital.
Algo me hizo
sentir bien, algo relacionado con Edgar, la mínima cosa que tuviese algo que
ver con él me alegraba o me destrozaba por dentro.
Estaba en
el mismo hospital que hace un mes estuvo él, ¿Es ridículo sentir cariño sólo
por eso?, ¿Es ridículo que le busque dónde no hay nada que buscar? , ¿Es
ridículo que le vea cuando no hay nada que ver?, ¿Es ridículo que le piense
cuando él no lo hace?, ¿Es ridículo que piense que volverá cuando está tan
lejos tanto física como mentalmente?, ¿Es ridículo?, ¿Soy ridícula?
Sí, la
respuesta es sí, ridícula y estúpida.
No había
nadie por mi habitación, me incorporé y me senté en la cama bostezando
pesadamente. Miré mi pierna, un gran yeso la cubría. Era de esperar. Desvié la
vista y me encogí de hombros, para mirar a la pared y ver una televisión a lo
alto. Tanteé a dar en el mando y le encendí cuando salieron unos dibujos
animados.
Sonreí
despacio y elevé la cama para estar cómoda. No me importaba que alguien
estuviese fuera, o esperándome. Quería ver al correcaminos y los estúpidos
intentos del coyote por atraparle - Bip, bip- solté con una risa cuando se
volvió a escapar dejando una gran nube de polvo.
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