Listaa

domingo, 18 de octubre de 2015

Página 473.

Agarré su mano- Todo está bien- asentí.
-No he puesto una cámara en tu habitación, pero sí he estado escuchando en la puerta cuando no debía y lo siento- dijo derrotada- No entendía, yo no entendía por qué te metías al gato en tu habitación y llorabas delante de él, hablabas con Taylor, le contabas cosas, cómo te sentías y a mí no.
-Agata... puede sonarte  a disparate, pero el gato venía cuando estaba mal y se tumbaba a mi lado, simplemente...como si dijera "No estás sola, estoy aquí a tu lado para darte calor" y le miraba, y le acariciaba y le hablaba y él me miraba como escuchándome sin emitir sonido alguno...pero era de verdad...como si él.
-Como si él estuviese comprendiendo lo que decías y mostrándote apoyo- finalizó Agata.
-Sí...exacto- dije saliendo del baño, colocándome el pijama y yendo a la cama -Creo que...que estoy cansada- dije en voz baja.
-Lo estás- dijo decidida y saliendo de la habitación.
-Agata...espera...¿puedes...puedes quedarte aquí conmigo?- dije en voz baja.
Asintió dando media vuelta y tumbándose a mi lado, le abracé necesitándolo -Perdón por no haber cenado con vosotros estos días, y por no estar muy allá, pero me recuperaré...seguro que lo haré.
-Sé lo que se siente Nina...he estado enamorada.
Se podría decir que con eso me consoló. Y con sus caricias en mi pelo y sus besos en mi frente, sus brazos rodeándome y sus palabras tranquilizadoras, se puede decir que soltar muchas lágrimas también animó. Se puede decir que Agata es la mejor hermana del mundo.

Estaba tan débil tanto física como mentalmente, que hasta me sentía fuerte. Fuerte por haberme puesto a mí misma el reto de llegar al acantilado y haberlo hecho. Fuerte por no llamarle, ir detrás de él e insultarle o besarle. Fuerte por haber llegado tarde a casa y haber asumido las consecuencias. Creo que esa noche me acosté pidiéndole a Agata perdón por haber cerrado la puerta contra su cara, creo que esa noche me acosté sin mi yo al completo, con una nueva persona...más fría, estúpida e incapaz de volver a confiar en nadie.

Hoy había perdido, peso, sangre, dinero, concentración, autoestima, tiempo, salud, alegría, pelo, confianza, sueño, calor corporal, ropa, amor, una parte de mí, mi corazón, mi sonrisa, mi bienestar, mi alma, gran parte de mi adolescencia... Edgar.

Hoy había ganado, un anillo, diecisiete cartas, diecisiete vídeos, una hermana de nuevo, y una nueva Nina , que ya nunca volvería a ser la misma. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario