Listaa

lunes, 19 de octubre de 2015

Página 475.

Como una chica valiente y fuerte al día siguiente de mi episodio terrible de inestabilidad madrugué y fui a las clases, con mis heridas bien tapadas. Edgar sí estaba allí. Cómo último día. No se giró ni comentó nada, cogió unos papeles, seguramente con el traslado, y se fue. Sin más.
Creo que eso me dolió. Creo que eso me dolió de más.        
Carla lo notó, Carla siempre lo nota, Carla notó las heridas en las manos, mis miradas, mis suspiros, y el anillo que descansaba en mi cuello. Carla siempre lo notó.
Había llamado, creo que más de mil veces a su teléfono y siempre sonaba lo mismo "El número al que has llamado no existe".
Así que se había ido, cero. Sin decírmelo a la cara. Sin despedidas. Sin mensajes de por medio. Nada. Para olvidarme por completo, para consumirme por completo.
Él había tomado la decisión por los dos. Justo cuando yo creí que era la que llevaba los estribos. ¡Zas! Día diecinueve y no aparece en clase. Él me había controlado, él había decidido irse, y no me había dado la opción de quedarme, aunque eso me matase por dentro. ¡Pero esto también me estaba matando!
Él había decidido por mí, él había decido que yo, no podría llamarle, él había decidido, que yo no podría verle, él había decidido que yo, le tenía que olvidar. Sí o sí. A la fuerza. A kilómetros de mí,
Irónico, ¿ah?, ¿Cómo alguien te puede empujar estando, puede, al otro lado del mundo?.

Irónico, ¿ah? , ¿Cómo alguien te puede hacer daño estando, puede, al otro lado del mundo?

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