Desperté con una terrible resaca en mi cabeza
y con el enfado del siglo.
Aun así me decidí por ir a trabajar, arrasando
con los que se interponían en mi camino y despidiendo al hombre que se atrevió
a preguntarme una duda de camino a mi oficina llegué a mi mesa y tiré mis cosas
al suelo cansada y de muy mal humor.
Abigail entró sin llamar, cómo siempre y se
acercó a paso rápido a mi lado- Ni si quiera saludaste a Carla.
-Deja de joder Abigail- dije enfadada.
-¿Qué te pasa estúpida frígida?, ¿Necesitas a
un boy para animarte? - fue a coger el teléfono de mi oficina y lo colgué
rápido.
-Sólo vete estúpida.
-Alguien está enfadada con el asesino de las
tijeras- canturreó riéndose de mí. Ni de coña estaba hoy para estas bromas .
-¿Qué te hizo?
-¡Me dijo que no!, ¡A mí!, ¡A mí!- me señalé-
Que podría embargar su estúpido piso con un chasquido de dedos- dije
explotando- ¿Quién se cree ese estúpido?
-¿No quería entrar en tu cama amiguita?-
siguió burlándose.
-Ni eso -rechisté- Ni si quiera me habló bien
mientras que a una camarera de tres al cuarto le llamo cariño y Lucy Lu- cité
irritada y Abigail estalló de la risa, cuando entró Carla y le contó lo
sucedido se echó a reír con ella.
-Nina está enfadada porque el asesino de
tijeras no le llamo Nina Nu, o Nina Lu, o no le nombró de cariño- volvió a reírse
- A lo mejor eres tú la rarivagina y me
equivoqué con tu ex
Rodé los ojos- ¿No tienes cosas que hacer?-
dije gruñendo sabiendo bien que sí, porque yo tenía trabajo que revisar, y si y
tenía que hacerlo, a Abigail le correspondía exactamente la mitad del trabajo.
-¿Cómo quieres que vaya a trabajar con el
espectáculo que tengo aquí?- dijo entre risas y Carla se acercó.
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