-Carla, me conoces, hago algo, me arrepiento,
lo intento arreglar, lo estropeo el doble. Es como cuando ya sabes, estás dibujando,
y una línea de tuerce, y la repasas, y sólo hace que el error se vea el doble,
y en fin- me expliqué vagamente.
-Nina...- negó - Yo no puedo permitirme
perderte por cosas que haces sin ser realmente consciente de los riesgos que
corres - cerré la boca - No puedo perderte, enserio. - Taylor se estiró y
caminó hasta ella .
-Carla, no lo harás - dije no tan segura pero
aportándole confianza mientras ella cogía al gato y le miraba a los ojos .
-¿Qué hace Taylor aquí?
-Culpa de Rebecca- suspiré.
-Y como hermana blanda que eres cuando Agata
vaya a echarle la bronca le dirás que tú le pediste a Rebecca que le trajera
para que te regañe a ti y no a ella- citó a la perfección y asentí -No le
vendría mal un par de regañinas a Rebecca- me encogí de hombros, era mi niña,
la iba a proteger siempre.
-Y...y...y ¿Mi llavero?- pregunté con
nerviosismo.
Dejó al gato de lado, que empezó a olisquear y
a explorar todo y cogió aire- Se lo llevó Edgar - finalizó.
-¿¡Qué?! ¿¡Edgar estuvo aquí?! -asintió y
cuando iba a preguntar por más ella colocó un dedo delante mía para que me
callase.
-A pesar de la poca vergüenza de la madre de
ese engendro, Agata sí le dejó pasar a
que te viese.
-¿Y por qué no me despertaste?- dije enfadada
- ¡Llevo un mes casi intentando comunicarme con él y ni si quiera ha recibido
señales de vida!
a a que le leas eso que has dicho- dije esperando
a una respuesta afirmativa.
-¡Claro que sí! - respondió ella- Pásate por
mi casa cuando quieras dulcecito- miré a Abigail por cómo le había llamado
diciéndolo todo con la mirada y ella rodó los ojos.
-Vale Angie, allí estaré- le dijo Abi.
-Adiós Angie, te amamos.
-Os amo- dijo alegremente y corté.
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