Listaa

martes, 3 de noviembre de 2015

Página 612.

A decir verdad descubrí muchas cosas por mí misma ese viaje, cómo saber si alguien miente tomando su pulso, quieras o no se acelera un poquito más aún que seas la persona más convincente al hablar. Me repetí que ya le había dejado atrás, y hubo indicios claros de que estaba mintiendo. Aprendí cosas, como que el corazón roto es fuerte, porque aunque yo crea que está tumbado en una mini camita, que seguramente habría formado mi organismo, en una habitación encerrado, tumbado y rindiéndose a vivir con un montón de celo intentando juntarse, comprendí, que, el corazón tenía más funciones que la que es estar enamorado, comprendí que es fuerte porque él bombea la sangre cuando estoy puesta en pie para que llegue desde el dedito pequeño de mi pie hasta mi cabeza, interponiéndose a la gravedad y haciendo que litros y litros de sangre circulen. Mi corazón era conductor, era enamoradizo, era guardia de tráfico, era un tambor, era débil y fuerte a la vez... pero lo que no sabía que era, es...que era totalmente suyo. Como si hubiesen escrito el nombre de mi enamorado con la punta de un compás por cada parte de mi pequeño órgano. Como si él bombease con su nombre, como si de verdad no hiciese "pum, pum...pum, pum" Como si de verdad susurrase su nombre "Edgar, Edgar...Edgar, Edgar" ¿Loco enamorado él, ah? Que dedica su vida entera, cuando trabaja y cuando descansa a susurrar su nombre, ¿Y por qué le elegiste a él corazón?, ¿Y por qué no a otro? Si no tienes ojos, no tienes oídos, no tienes tacto, si quiera olfato... ¿Cómo puedes elegir a alguien cuando no tienes sentido alguno? Creo que esta respuesta la brindó mi cerebro: "Ya, deja de hablar con algo que tampoco tiene boca, estúpida, él lo eligió a él porque de algo tenía que enfermar y morir, él lo eligió a él porque le encanta bailar y la persona que más música, mariposas y eufórica te ponía fue la elegida, tú lo elegiste idiota, el corazón sólo quería pasárselo bien y acabó roto"
-¿En qué piensas?- me sacó del trance mi hermano. Negué para ordenar mis ideas un segundo y le miré. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario