Listaa

viernes, 20 de noviembre de 2015

Página 633.

Caminé despacio sobre la graba hasta entrar, no había puerta, no había nada. Una sala, un mostrador que no dejaba ver a un hombrecillo con gafas por debajo de él, de madera, un armario formado de pequeñas cajitas dónde reposaban llaves, un periódico aparcado, un reloj y un cuadro de lo que parecía ser la gran montaña - Buenas noches- dijo y yo me quedé callada.
-Una habitación- pidió Ercole con desinterés.
El hombre alzó las cejas y las volvió a bajar - Es mi hermano- dije desconcertada, ¿Por qué todo el mundo tenía ganas de que Ercole fuese mi novio?
-Si me pagasen por cada vez que escucho esa frase ya no trabajaría en esta mierda- rio y rodé los ojos.
-Oiga usted, es muy mal educado, le he dicho que es mi hermano, ¿Qué no entiende, es sordo o qué?
-Lo que tú digas, cariño. - me dio la razón como a los tontos y apreté los labios enfadada dispuesta a soltar todo lo que me rondaba por la cabeza en ese minuto. Ercole gruñó ante como me había llamado el hombre y él sonrió - ¿Celos? ¡Qué pareja más adorable, una pena que sólo sea sexo monada- volvió a mí .
-Sal de aquí y espérame en el banco de madera de fuera- dijo Ercole sin apartar la mirada del hombre.
- Pero...- repuse.
-Vete- ordenó y rodé los ojos, para dar media vuelta y salir al banco que me había mandado.
Escuché el sonido de unas llaves, el ruido de un puñetazo en la mesa, varios insultos, y después como una silla se rompía, miré disimulamente al lado del marco, para ver al hombre que nos había atendido tirado en el suelo quejándose y a mi hermano con una sonrisa y una llave con una tarjeta en la mano.

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